jueves, 30 de julio de 2009

La metamorfosis de Mujica: nuevo look por la campaña


José Mujica terminó de completar su “metamorfosis” hacia la imagen clásica de los candidatos a la Presidencia. Así definió el analista político Adolfo Garcé la evolución que tuvo el presidenciable del Frente Amplio (FA) en su apariencia, aproximadamente desde 2005 hasta ahora, cuando finalmente se presentará en público vestido con un lujoso traje estilo europeo, confeccionado a medida, con chaleco y un accesorio que parece una corbata (ver foto).

Mujica se probó ayer su nuevo atuendo formal en el local de la exclusiva casa de alta costura Studio Mutto. Uno de los trajes que se mandó hacer lo utilizará el próximo 4 de agosto cuando visite al presidente de Brasil, Lula Da Silva, en la capital del país norteño. Hasta allí irá junto a su compañero de fórmula, el senador Danilo Astori.

Precisamente, Garcé advirtió que el cambio de apariencia de Mujica “es tan necesario como lo fue en su momento el de Lula”. El politólogo se refiere a cuando el ex obrero metalúrgico dejó el overol y se puso el traje para ser candidato primero y presidente después” de Brasil por dos períodos seguidos.

Según el analista político, Mujica “estaba obligado” a cambiar su atuendo como forma de enviar las “señales” que necesita para terminar de posicionarse en la imagen colectiva del electorado como un probable presidente de la República.

“Son gestos necesarios en su campaña”, agregó Garcé al ser consultado anoche por El Observador.

“Esta es la etapa final de su metamorfosis, para pasar de ser un político que decía no querer ser candidato a la Presidencia, a ser otro que ahora compite por ella y debe salir a pedir el voto como tal”, sentenció Garcé.

El cambio de Mujica es también comparable con el que procesó el ex presidente argentino Carlos Menem desde comienzos de la década de 1990. De llevar grandes patillas que cubrían casi todo su rostro siendo candidato y al inicio de su primer período, fue eliminándolas y adecuando su peinado a un estilo más sobrio y presidencial. Menem fue reelecto en 1994.

Evolución. El cambio de apariencia de Mujica se observó de forma más notoria a partir del 15 de febrero de 2005, cuando asumió la presidencia de la Asamblea General como el senador más votado del FA y se compró una campera sport azul marino, especial para la ocasión.

Su atuendo se conformó desde entonces en pantalón de vestir formal, zapatos, camisa, chaleco o buzos con escote en v y prolijas camperas. Eventualmente alterna pantalones de jean y guayabera –una camisa típica de los países tropicales– y buzos de tela polar.

En un acto de campaña antes de las internas de junio, Mujica se puso un viejo traje suyo cuando presentó a un grupo de intelectuales que apoyaban su precandiatura en el Palacio Legislativo.

Mujica también comenzó a cuidar su pelo –incluso ahora lo tiene más oscuro que al inicio del período- y rara vez se lo ve en público sin afeitar.

También se colocó una dentadura postiza nueva y en sus fotos de campaña aparece tratado con programas de computación (Photoshop) para eliminar “impurezas” de su rostro.

En privado, en su chacra de Rincón del Cerro y para trabajar la tierra o conducir el tractor, Mujica sigue vistiéndose como antes, como dice que le gusta y se siente cómodo. Allí usa pantalón deportivo o jean gastado, championes ajados y remeras con agujeros.

Un cambio contra su voluntad

Studio Mutto le confeccionó un traje de etiqueta en tela italiana para ocasiones especiales con chaleco y todos los accesorios. Además le hizo a medida otros modelos menos lujosos para eventos donde deba vestir formal pero sin tanto protocolo. En más de una oportunidad José Mujica dijo que no podía ser presidente porque para ello debía usar traje y corbata. Ya como presidenciable, el ex guerrillero dijo que si era necesario se pondría traje, corbata y todo lo que hiciera falta. Sus asesores dicen que él prefiere vestir como siempre, sin ninguna formalidad, pero ahora que es candidato de todo el Frente Amplio reconoce y acepta que su comportamiento y apariencia escapa un poco a su voluntad.

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