DE LA REDACCIÓN DE EL OBSERVADOR
Un encuentro contra la piratería informática convocado por la Cámara de Comercio y Servicios, en el que participaron, entre otros, personal de Interpol y organizaciones de defensa de la propiedad intelectual, terminó con una sorpresiva requisa por parte de la Policía luego de que uno de los presentes advirtiera que el software que se estaba utilizando para proyectar las exposiciones en pantalla era “trucho”.
El aparato, que había servido para advertir sobre la creciente actividad de los piratas informáticos, fue a parar a la Seccional 6ª desde donde se dio intervención a la Justicia, cuyos peritos dictaminaron que, si bien el sofware era original, no tenía todas las “activaciones” (licencias de uso) al día y ordenó a la Cámara de Comercio que regularizara la situación ante la Cámara Uruguaya de Software.
Este raro episodio ocurrió el pasado jueves 4 a las 11 de la mañana en la sala de conferencias de la Bolsa de Valores donde se realizó un evento bajo el título “La piratería en Uruguay: posibilidades de actuaciones coordinadas”. En él disertaron Mariano Arsuaga (Cámara del Disco), Mauricio Ubal (Agadu), María Cristina Dartayet (directora de la Dirección Nacional de Propiedad Industrial), Leonardo Ruiz (Interpol Uruguay) y Francisco Anadón Méndez (presidente de la Comisión Permanente de defensa de los Derechos de Propiedad Intelectual del Ministerio del Interior y comisario de la Seccional 6ª.
Justamente el comisario Anadón fue quien terminó incautando el equipo –que él mismo había utilizado para exponer sus ideas– luego de la intervención de un joven que se identificó como representante de la organización Software Libre.
Esta persona expuso una visión muy particular de la piratería y de los presuntos beneficios que obtendrían los autores si la gente pudiera acceder en forma gratuita a sus obras. “No hay que demonizar la piratería. Porque, entre otras cosas, sirve como promoción”, dijo el joven, según narraron a El Observador participantes del encuentro. Luego preguntó si se estaban extremando los controles en esos asuntos ya que, según dijo, en varias oficinas públicas “se utilizan windows truchos”.
Para ese entonces, los exponentes antipiratería cruzaban miradas extrañadas, aunque nadie adivinaba el sorpresivo final. “Además, supongo que ustedes habrán notado que el software que están utilizando es trucho. Por ejemplo, se notan claramente las dos estrellitas azules en la barra de tareas…”, dijo el representante de Software Libre, y siguió con una explicación cargada de términos técnicos. Luego de un largo silencio, varios participantes cuestionaron la postura filosófica del disertante sin acusar recibo de la acusación.
Pero el comisario Anadón recordó lo aprendido en la Escuela de Policía y consideró que, ante una denuncia pública hecha en su presencia, debía actuar de inmediato. Entonces resolvió incautar el insospechable equipo de software, lo llevó a la Seccional 6ª de la avenida Agraciada y Cuareim y dio parte a la Justicia.
Sin licencia. Pocas horas después, un perito del Juzgado Penal 14 se presentó en la seccional, revisó el equipo y determinó que, si bien el software era original, estaba vencida una de las licencias de funcionamiento que deben ser renovadas periódicamente con Microsoft.
“Es como manejar un auto sin licencia de conducir”, explicó un experto en informática. La Justicia ordenó la devolución del equipo y extendió una notificación a sus propietarios exhortándolos a presentarse ante la Cámara Uruguaya del Software para regularizar la situación. “Las actuaciones en casos de derechos de autor, se realizan de oficio. Por eso, cuando el hombre dijo lo que dijo no tuve ninguna duda de que debía actuar”, dijo a El Observador el comisario Anadón.