lunes, 11 de mayo de 2009

Con merchandising incluido, Mujica se ganó a los porteños


El Observador

POR HERNÁN REYES
CORRESPONSAL EN BUENOS AIRES

La postal era digna de un concierto de rock: la cara de José Mujica empapelaba varias cuadras a la redonda del teatro Bambalinas en pleno Buenos Aires. Adentro, más de 2.000 uruguayos agitaban banderas y cantaban: “Se siente, se siente, Pepe presidente”.

A la entrada del teatro había tres mesas de venta de merchandising “del Pepe”. Camisetas (“Mujica Presidente 2009” y “Pepe Presidente”, a US$ 6), calcomanías (“Vamo´ arriba el Frente”, “MPP”), llaveros y banderas.

Más de un vecino desconcertado del barrio de San Telmo pensó que se trataba de la visita de una nueva banda musical. Sobre la calle, un grupo de tamboriles agregaba argumentos al vecino y color al acto.

Durante la oratoria, decenas de banderas en apoyo al precandidato colgaban desde el segundo piso, dando cuenta del lugar de origen de cada uno de los comités de base frenteamplistas presentes. Desde el escenario y al lado de un enorme afiche con su foto y la leyenda “El Presidente de todos”, Mujica miraba cómo se iba llenando el teatro.

Factor K. “Son opiniones políticas, no lo puedo evitar. Yo cultivo una argentinidad muy abierta, me veo con gente de todos los sectores, incluso (el ex presidente, Eduardo) Duhalde estuvo dos veces en mi casa. Tengo opiniones, pero no me meto porque sino perjudicaría al Uruguay. Y pido lo mismo del otro lado”, dijo Mujica en diálogo con El Observador arriba del escenario donde minutos antes daba su discurso.

Mujica se refirió así a los apoyos que en las últimas semanas recibió del ex presidente argentino Néstor Kirchner y del piquetero Luis D´Elía. Cuándo se conocieron esos apoyos, Mujica se molestó y pidió que los argentinos no se metan en los temas electorales de Uruguay.

“Los residentes en Buenos Aires son muy importantes, hay que preparar las baterías para octubre más que para junio y por eso es que tratamos de venir seguido para que la militancia no se duerma”, graficó el precandidato frenteamplista. Debajo del escenario, una multitud parecía darle razón y no paraba de agitar banderas y cantar.

“Hay que trabajar en una cantidad de problemas que hay; conseguir licencias, tener papeles, asegurar vías de transporte, verificar los lugares de votación”, detalló Mujica. Según supo El Observador están avanzadas las negociaciones entre el FA porteño y las dos empresas que cruzan a Uruguay para lograr descuentos en los pasajes y conseguir que los gobiernos den feriado a los trabajadores uruguayos. Buquebus ya le confirmó al precandidato frenteamplista Marcos Carámbula, que para el 28 de junio habrá pasajes con descuento.

Sin embargo, Mujica precisó que las negociaciones corren “por cuenta de la militancia” y que ni el presidente Tabaré Vázquez ni ningún otro funcionario intercederán para lograr los días libres que permitan viajar a los uruguayos. “Procuro mantener relaciones afectivas con todos los argentinos. Flaco favor haría si me meto en las internas de Argentina. Estropearía las relaciones con un pueblo más que hermano. Y no se puede ser uruguayo y antiargentino”, reiteró Mujica.

Minutos antes, la camioneta que transporta al precandidato en cada visita en Buenos Aires, estacionaba en el 955 de Chacabuco. Jóvenes militantes filo kirchneristas (de la agrupación Libres del Sur), hacían de seguridad en la entrada del teatro. En las últimas dos visitas de Mujica, la ayuda K había sido a través de locales. Esta vez, el equipo del MPP prefirió alquilar un teatro que pertenece a la Federación Gallega.

Acompañado por el senador Eduardo Lorier, subió al escenario y arengó a los uruguayos residentes en Argentina para que “crucen el charco y voten”.

Durante los 55 minutos de discurso, hizo especial hincapié en la integración regional y en la necesidad de tener escuelas de tiempo completo. A su alrededor, el fenómeno “Mujica en Buenos Aires” sorprendía a propios y extraños.

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